Las blancas juegan 20 Ta3, situando su torre en una fila casi repleta, donde hay cuatro piezas y dos peones. Para un aficionado de nivel medio o bajo, esa jugada carece de sentido. Sin embargo, veinte lances después se hace la luz, y esa torre asesta el golpe definitivo al rey negro para culminar un ataque magistral.
El autor de esa maravilla solo tenía 13 años cuando la produjo. Se llama Abdulá Gadimbayli, es azerbaiyano, y ahora, ocho años más tarde, empieza a ser conocido: acaba de caer en la tercera ronda de la Copa del Mundo que se disputa precisamente en su tierra, Bakú, cuna de grandes ajedrecistas. Todo indica que Gadimbayli se añadirá a esa lista de ilustres.