Semifinales del pasado Eurobasket. España derrota a la poderosa Alemania y se cita con Francia por el oro. El éxito es rotundo para un equipo en transición. Los jugadores saltan en la pista y los entrenadores se abrazan en el banquillo. Todos menos uno. Impertérrito, serio como si hubiera perdido, Sergio Scariolo saluda a los preparadores rivales y enfila la retirada. Cuando uno de sus ayudantes levanta la palma para chocar por la victoria, el jefe cambia el gesto por un aspaviento con la mano para indicar a su grupo técnico que no hay tiempo para celebraciones. El trabajo no ha concluido. Desde el primer segundo hay que ponerse manos a la obra para preparar la final.
Se pone en marcha entonces una maquinaria fabulosa. Los entrenadores que acompañan a Scariolo conocen perfectamente su función. Cada uno debe aportar su estudio sobre una parcela concreta para que nada quede al azar. Descansa ahí uno de los ingredientes del éxito de esta selección, un pequeño ejército que sirve a los jugadores todas las herramientas para desenvolverse en la pista y encontrar soluciones en momentos de atasco. La fórmula es la misma en este Mundial. Luis Guil, Ángel Sánchez-Cañete, Víctor García, Manolo Aller y Jorge Lorenzo están presentes en Yakarta, y Salva Camps participó en la preparación
Te lo cuenta Juan Morenilla desde Yakarta. Puedes leer el artículo completo en este enlace.