El acné juvenil aún brota con furor por las mejillas de Pablo Barrios (Madrid, 19 años), el centrocampista que tiene cautivado a Diego Pablo Simeone. Ya sea para ocupar la posición de Koke, para la que ha sido tallado por el preparador argentino con sesiones individuales, como para ejercer de interior, su posición natural, el canterano se ha abierto paso antes de lo previsto entre los futbolistas de cabecera de su entrenador. Ahora mismo, nada parece tan natural y tan sólido en el Atlético para enfrentarse a los Kroos, Valverde, Camavinga o Modric que un centro del campo con Koke como pivote escoltado por De Paul a la derecha y Barrios a la izquierda.
“Lo veo en las tres posiciones del medio. Puede ser tranquilamente mediocentro por su ritmo dinámico, su visión de juego, por su recuperación de pelota, pero tiene mucho para crecer”, reflexionó ayer Simeone. “Está en el momento de seguir evolucionando. Necesitamos más de él. Le vamos a exigir más porque tiene para darnos más. Obviamente, estoy muy contento con el jugador. Me gusta. De chico ya lo fuimos siguiendo para estar cerca nuestro. Acompañarlo, pero exigirle”, se explayó el técnico rojiblanco.
Pocas veces le ha invadido tanto la desazón a Simeone esta temporada como al término del encuentro que el Atlético disputó en Rotterdam a finales del pasado mes de noviembre ante el Feyenoord (1-3). Pese a que el triunfo fue decisivo para encarrilar el pase a los octavos de final de la Champions, al Cholo se le apreció abatido en el viaje de vuelta por la rotura del menisco de la rodilla izquierda que padeció Barrios. Visualizó los casi dos meses que se quedaba sin el concurso del jugador. Ese futbolista que le había entusiasmado, el que se había hecho con el mando del equipo cuando en el inicio de curso Koke se perdió varios partidos por lesión. El técnico se vio obligado a acelerar la adaptación de Barrios a una posición tan delicada por la responsabilidad que conlleva. Su lesión también generó en el preparador argentino y en el club la preocupación que producen los percances de menisco a esas edades. Un ejemplo reciente es el de Ansu Fati, que no ha vuelto a ser el mismo.
Barrios se perdió ocho partidos, pero el 8 de enero, antes de lo esperado, fue incluido en la expedición que viajó a Arabia Saudí para disputar la Supercopa, aunque no participó. “Físicamente es fuerte y resistente y la recuperación se ha llevado con sumo cuidado”, admiten en el club. El chico reapareció en la prórroga de los octavos de final de la Copa ante el Real Madrid (4-2). Desde entonces, el Atlético cuenta sus partidos por victorias.
A Simeone le ha vuelto a llenar el ojo la personalidad de Barrios, su verticalidad, la decisión con la que barre balones y presiona y las variantes tácticas que le ofrece. “Lo necesitamos como está ahora, desde el partido con el Granada viene creciendo muy bien. Confiamos mucho en él, ojalá pueda mantener la regularidad”; porque tiene paso, visión de juego, le elogió Simeone al término de la sufrida victoria del último partido liguero ante el Rayo Vallecano (2-1). Barrios fue el mejor jugador de un equipo que nunca se sintió cómodo. Por la rotación de Koke, Simeone le situó como cinco y fue él quien dio un giro al partido ante la superioridad que ejerció el Rayo en los primeros 20 minutos. En el segundo tiempo, cuando el duelo pintaba feo y se mascaba el empate, el Cholo tuvo que echar mano de Koke y ubicó a Barrios como interior izquierdo. De nuevo, fue el futbolista que más empujó. Con 1-1 en el marcador, tiró de cintura y toque para dibujarle un pase filtrado a Memphis que acabó en gol anulado por fuera de juego. La acción agitó al Metropolitano, que en el primer tiempo ya le mostró su entrega cuando con una ruleta y un recorte salió de la agobiante presión de tres jugadores rayistas en el centro del campo.
Las estadísticas revelan que Barrios es el jugador con mejor porcentaje de regates completados (82%) de las cinco grandes ligas europeas.
La posibilidad de que Barrios se asiente como interior izquierdo supondría que Simeone cerrara el centro del campo. Lleva toda la temporada buscando un volante que se afiance en ese sector. Por ahí han pasado Lemar, Saúl, Lino, Riquelme y De Paul sin mucho resultado. En el caso del argentino, hacerle jugar por la izquierda le suponía a Simeone desmontar en ataque el flanco derecho, donde el volante argentino ha instaurado una sociedad con Molina o Llorente y con Griezman, cuando este se deja caer por allí. Incluso el atacante galo, en un par de partidos en casa en los que el Cholo apostó por acompañar a Morata con Correa, también fue alineado como interior izquierdo.
Aunque en múltiples conversaciones con el técnico el jugador también ha dejado caer que se siente más cómodo a la derecha; por costumbre y cuestiones de perfiles, el hueco más claro que tiene para asentarse definitivamente en la titularidad está a la izquierda del capitán. En el citado partido contra el Rayo mezcló bien con Lino y en el pase filtrado que le proporcionó a Memphis se aprovechó de jugar a pierna cambiada. De esto último también puede salir beneficiado su nada despreciable disparo a puerta.
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