Estreno del curso del Madrid en San Mamés, lluvia calabobos durante toda la tarde, música de txalaparta en la grada antes de que retumbara el rock por megafonía, los jugadores del Athletic rezando en círculo un Padre Nuestro en el vestuario, y en el once titular blanco no aparecieron Toni Kroos ni Luka Modric. Son los nuevos tiempos del equipo de Carlo Ancelotti que se venían anunciando desde finales de la temporada pasada y que no tardaron en hacerse carne. El clásico de julio en Estados Unidos ya fue un aviso y Bilbao lo confirmó a las primeras de cambio. A escena la joven caballería del centro del campo, con Tchouameni, Camavinga, Valverde y Bellingham. Veinteañeros frescos y fibrosos en momentos, también, de dudas defensivas.
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Unai Simón, Daniel Vivian, Aitor Paredes, De Marcos, Lekue (Imanol Garcia, min. 71), Muniain (Guruzeta, min. 45), Nico Williams, Ruiz de Galarreta, Unai Gómez, Vesga (Ander Herrera, min. 64) y Williams
2
Andriy Lunin, Fran Garcia, Alaba, Dani Carvajal, Eder Militao (Rüdiger, min. 50), Federico Valverde, Jude Bellingham, Camavinga (Kroos, min. 70), Aurelien Tchouameni, Vinicius Junior (Modric, min. 79) y Rodrygo (Joselu, min. 79)
Goles 0-1 min. 27: Rodrygo. 0-2 min. 36: Jude Bellingham.
Árbitro Jesús Gil Manzano
Tarjetas amarillas Muniain (min. 4), Daniel Vivian (min. 67), Alaba (min. 75) y Williams (min. 87)
Es una parte del nuevo Madrid que trata de abrirse paso en agosto. La otra, la nueva vida en la delantera de Vinicius y Rodrygo sin el paraguas ni las obligaciones que implicaba Karim Benzema. Ahora, son ellos los responsables últimos de fabricarse y comerse el pastel, con la ayuda de Bellingham en funciones de mediapunta. La presentación en sociedad y en un lugar tan magno como La Catedral acabó con buena nota general, solo aguada por la preocupante retirada de Militão, que se lesionó en la rodilla izquierda él solo cuando trataba de presionar a Sancet en tres cuartos de cancha. “Es un esguince, no tiene buena pinta. Evaluaremos en las próximas horas”, admitió Ancelotti.
La actual composición de la plantilla apunta de forma especial a Rodrygo, que este sábado sí fue puntual en Liga. Mientras el Madrid siga sin tener un nueve de primer nivel mundial, la vida de Vinicius y Rodrygo debe ser otra. Al primero se le han aumentado los deberes: desbordar por fuera y ahora también amenazar por dentro. Al segundo, por su parte, se le exige una mayor cuenta anotadora en el torneo doméstico.
La temporada pasada llegó a acumular más de 1.100 minutos en el campeonato sin meter un gol. Todo un socavón que se hizo más evidente por el declinar de Benzema. El brasileño acabó el curso con nueve dianas en Liga, aunque cinco de ellas las logró en el tramo final, cuando ya el Madrid no decía ni pío en el torneo. Esta campaña, visto el déficit que el equipo sigue teniendo en la punta del ataque, la pizarra de Ancelotti señala a Rodrygo, clínico hasta ahora en Champions y Copa, pero remolón en Liga ante la portería contraria. ”En este sistema [4-4-2 con rombo en el medio], Rodrygo y Vinicius tienen mucha calidad ahí”, comentó el técnico italiano.
“Bellingham tiene una personalidad muy fuerte”
Este sábado se encontró enfrente una defensa blandengue, y se lo hizo pagar con sus pies de bailarín. El hueco por la derecha entre el lateral y el central le resultó toda una mina en la primera parte. Después de amagar en una acción en la línea de fondo desbaratada por Unai Simón, terminó de hacer sangre a la media hora. Recibió en la derecha, se juntó con Carvajal (pitado toda la noche tras lesionar a Yuri en el encuentro del Bernabéu de la temporada pasada) y, de repente, se encontró solo ante Simón beneficiado por una zaga agujereada y sin fuste. Y todavía tuvo otra antes de que Bellingham cumpliera con su parte.
Si a Rodrygo le piden más goles, al inglés le reclaman que eche una mano en la contabilidad anotadora. Por eso le ha acercado Ancelotti al área. Mientras no haya delantero centro (hasta la fecha), la responsabilidad en el área rival debe ser mancomunada. En los mejores minutos del Madrid hasta el descanso, el ex del Dortmund agarró en el segundo palo un centro y su tiro salió rebotado del suelo con tanta potencia que superó a Simón. “Parece que lleva con nosotros hace tiempo. Tiene una personalidad muy fuerte. Se ha adaptado muy rápido”, se felicitó Carletto sobre la actuación del británico, autor de una actuación al alza a lo largo de la noche.
Fueron los mejores minutos de los blancos en ataque mientras en la otra orilla, Andriy Lunin vivía en paz. El ucranio había comparecido en el césped 45 minutos antes del duelo con el nombre de Kepa Arrizabalaga retumbándole en los oídos, el que probablemente se convierta en nuevo portero del Madrid tras la grave lesión de Courtois. En la segunda mitad sí se vio más hostigado ante el empuje de la vergüenza de los locales. Fue también el tiempo de Kroos y Modric. Ancelotti dio carrete en Bilbao al nuevo Madrid que trata de abrirse paso. Y le salió.
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