Conflictos en Medio Oriente disparan el precio de la gasolina y el diésel

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Las recientes tensiones geopolíticas en Medio Oriente han generado un aumento significativo en los precios internacionales de los combustibles, afectando directamente el valor de la gasolina y el diésel en diversos mercados, incluido el mexicano. La inestabilidad en una región clave para la producción y distribución de petróleo crudo está elevando la preocupación global sobre la seguridad del suministro energético y ha comenzado a reflejarse en los costos al consumidor.

En semanas recientes, el costo del barril de petróleo ha tendido a aumentar, motivado por el aumento de tensiones en áreas clave como el estrecho de Ormuz y regiones productoras con gran importancia geopolítica. Esto ha generado que los mercados respondan con inestabilidad, reflejando parte de ese efecto en los precios al consumidor de los combustibles. Los índices del Brent y del West Texas Intermediate (WTI), las referencias principales a nivel internacional, han experimentado subidas que sobrepasan el 10% desde que comenzó el mes.

El aumento en los precios del petróleo impacta directamente el costo de los derivados, como la gasolina y el diésel. En México, similar a otras naciones que importan, la dependencia de fuentes externas y la influencia de los precios internacionales elevan la vulnerabilidad del mercado interno frente a cualquier cambio en la distribución mundial de hidrocarburos.

En el ámbito nacional, el comportamiento de los precios de los combustibles también está condicionado por factores como el tipo de cambio y las políticas fiscales. La Secretaría de Hacienda ha ajustado los estímulos fiscales al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) con el fin de moderar el impacto para los consumidores. No obstante, estos ajustes no siempre logran compensar completamente las alzas internacionales, por lo que se anticipan aumentos graduales en los precios al público durante las próximas semanas.

Los expertos en el área de energía alertan que, mientras las tensiones sigan en Medio Oriente, los precios seguirán bajo presión. También mencionan que el aumento en la demanda global durante el verano —debido al mayor uso de automóviles en Estados Unidos y Europa, además del crecimiento de la actividad económica en Asia— igualmente influye en el aumento de precios.

En este entorno, los especialistas señalan lo crucial de sostener una estrategia en el sector energético que disminuya la exposición a influencias externas. Esto comprende mejorar la infraestructura de refinería doméstica, diversificar las fuentes energéticas, incrementar las reservas estratégicas, y promover el uso de tecnologías limpias y alternativas, como automóviles eléctricos o sistemas híbridos.

El impacto del alza en los combustibles no se limita al consumidor individual. También representa una presión adicional para sectores productivos que dependen del transporte, como la agricultura, la industria manufacturera y el comercio. De igual forma, podría traducirse en un efecto inflacionario, elevando los costos logísticos y, en consecuencia, el precio de bienes y servicios básicos.

Aunque las autoridades han afirmado que vigilan de manera continua la situación internacional y tomarán acciones para reducir los impactos negativos, el desarrollo del conflicto en Medio Oriente será crucial para la tendencia de los costos energéticos a corto y mediano plazo. Cualquier intensificación adicional podría provocar nuevas oleadas de incrementos en los mercados mundiales de hidrocarburos.

Por otro lado, se sugiere a los usuarios conservar prácticas que favorezcan el uso eficiente de los combustibles, tales como compartir el vehículo, realizar el mantenimiento correcto de los medios de transporte y planificar los trayectos para evitar viajes innecesarios. Estas acciones, aunque personales, pueden ayudar a aliviar la carga económica y fomentar una cultura de aprovechamiento consciente de los recursos energéticos.

Por: Fatiha Lema